Inicio / Passivhaus y arquitectura bioclimática / ¿Cuáles son los requisitos para certificar una Passivhaus?
A la hora de construir una casa pasiva, hay que tener en cuenta que, para que luego se considere como tal, es necesario conseguir el certificado apropiado.
Esto es así porque, en primer lugar, un certificado de casa pasiva da la seguridad a su dueño de que realmente se va a alcanzar un estándar energético. Además, con estos certificados se ve incrementado el valor de la propiedad. Y, por último, pero no menos importante: los edificios Passivhaus pueden solicitar una gran cantidad de subvenciones por todo el mundo.
Hoy en día, el Instituto Passivhaus otorga tres tipos de certificados: el certificado Passivhaus, el EnerPhit y el certificado de baja demanda energética.
El primero, el certificado Passivhaus, es aquel que se otorga cuando los edificios cumplen todos los requisitos para ser considerados como casa pasiva. Normalmente, suelen conseguirlo las estructuras de obra nueva, pero algunas rehabilitaciones también llegan a alcanzar este estándar.
Para este certificado, los criterios mínimos a alcanzar son:
El segundo, el certificado EnerPhit, es aquel que se concede a edificios que han sido rehabilitados bajo el estándar, pero que no logran cumplir los requisitos de casa pasiva. Por ejemplo, si tienen puentes térmicos en los muros del sótano y no se puede solucionar en la rehabilitación, tendrían que solicitar este certificado.
Para este certificado, los criterios generales mínimos son:
El tercero, el certificado de baja demanda energética, es aquel que se da a los edificios que no pueden alcanzar absolutamente todos los criterios Passivhaus, pero se quedan cerca. Un ejemplo de ello sería un edificio que cumpla muchos requisitos, pero esté en un lugar frío y sin sombra.
Para este último certificado, los criterios mínimos que hay que lograr son:
Existen, además, una serie de criterios que son mínimos para los tres certificados. Estos son:
Además, hay una serie de criterios en relación con la satisfacción de los ocupantes que también se exigen si se quiere certificar una vivienda. Entre los más importantes, destacamos el hecho de que todas las habitaciones en las que el usuario vaya a pasar mucho tiempo tienen que disponer de, al menos, una ventana. Además, también hay que tener en cuenta que tiene que contar con la posibilidad de manejar la iluminación y los elementos de sombreado.
Lo ideal a la hora de conseguir la certificación sería empezar el proceso antes de la construcción del edificio. Pero también se puede hacer una vez que se haya construido. Para esta última opción, hay que cumplir los requisitos mínimos y saber a qué certificado se puede optar.
Sea como sea, hay que seguir unos pasos para obtener el certificado:
En primer lugar, es necesario buscar un certificador de nuestro país, ya que conocerá mejor la tecnología de construcción y las disposiciones reglamentarias españolas.
A este mismo certificador, hay que solicitarle un presupuesto para la certificación, que elaborará en base a criterios como la superficie útil del edificio, el plazo aproximado de construcción, el balance energético inicial, los planos, el coste de la construcción, entre otros. Si se está de acuerdo con el presupuesto, se contratarán sus servicios.
Al final, lo que el usuario obtendrá será un certificado de casa pasiva con un número de identificación único, un folleto complementario con todo el cálculo del balance energético y todos los valores del edificio y, opcionalmente, una placa para instalar en la fachada.