Si hiciéramos un viaje en el tiempo hacia la época del imperio romano y les enseñáramos la tecnología que existe ahora para la construcción de viviendas, se sorprenderían. Pero, no debemos subestimarles porque, hoy en día, siguen llamándonos la atención edificios como el Coliseo de Roma o el Acueducto de Segovia por su innovación. En este artículo queremos analizar qué nos enseñaron los romanos sobre el diseño eficiente del hogar.
Aprendizajes del imperio romano sobre la eficiencia en viviendas
Hay diversas técnicas y formas de trabajar que se utilizaban en aquella época y que son la semilla de las que se aplican en la actualidad. Las vemos a continuación:
Uso inteligente de los materiales
En algunas ciudades romanas el calor y la humedad era un problema en verano y en algunas viviendas y edificios públicos utilizaban materiales como el mármol blanco para mantener la temperatura interior y lograr el confort térmico.
Los romanos utilizaron materiales de proximidad y los eligieron para favorecer el confort térmico.
Además, solían utilizar canteras cercanas desde las que se pudiera trasladar el mármol de forma sencilla en balsas, por ejemplo. Esto es el origen de la sostenibilidad en las obras con el uso de materiales locales y de la rehabilitación km 0.
Aislamiento térmico
Para mantener la temperatura solían utilizar paredes dobles de forma que eran aislantes y conservaban el aire fresco en verano y el aire caliente en invierno. En algunos casos, en viviendas más modestas, se utilizaban el ladrillo cocido o la piedra para construir, se hacían dos paredes y se rellenaba el hueco entre ellas con grava.
El aislamiento en la actualidad es una de las formas más importantes de garantizar el confort en las viviendas y el ahorro de energía.
El atrio con un agujero en el techo
En las casas de los ciudadanos romanos más prósperos solía haber un salón central llamado atrio en el que se podía observar un agujero en el techo. A través de ese hueco entraba el agua de lluvia que se recogía en un pequeño canal situado en el suelo que tenía una cierta pendiente y que finalizaba en un depósito.
Este es el antecedente de los modernos sistemas de recogida de agua de lluvia que permiten ahorrar agua a través de la reutilización en el regado de jardines, por ejemplo.
El hipocausto romano como el origen del suelo radiante
En las casas de los romanos con más recursos se instalaba el llamado hipocausto. Este sistema tenía un horno de leña en el exterior del edificio y cuando se encendía, el aire caliente se transportaba por canalizaciones situadas debajo del suelo de la casa.
El hipocausto romano fue el origen del suelo radiante actual
El sistema es la base del suelo radiante actual que ha evolucionado para convertirse en suelo radiante refrescante de manera que aporta calor en invierno y refresca el ambiente en verano. Además, con la tecnología actual existe la posibilidad de zonificar de manera que cada estancia tenga la temperatura adecuada.
Diseño para evitar el ruido exterior
Las casas más grandes de la época podían ocupar una manzana entera, de forma que se delimitaban por cuatro calles y tenían un patio o jardín en el centro. Algunas partes externas de la casa que daban a las calles y tenían entradas separadas, se alquilaban a comerciantes para que vendieran sus productos. Esto no solo aportaba un beneficio extra a los dueños de la casa, sino que también era una forma de aislar a la familia del ruido exterior.
El patio o jardín central, además, permitía mantener una temperatura fresca en verano. Este tipo de construcción se mantiene hoy en día en muchas viviendas de Andalucía.
Uso de toldos y aberturas pequeñas
En las ciudades más calurosas las casas romanas disponían de toldos para crear sombras y favorecer la ventilación y se hacían pequeñas ventanas hacia la calle para evitar que entrara el calor y también por motivos de seguridad.
Actualmente existe equipos de ventilación de doble flujo con recuperación de calor con un alto grado de eficiencia energética y que consiguen mantener la calidad del aire interior.
En definitiva, los romanos fueron grandes maestros del diseño eficiente de viviendas y sus lecciones siguen estando vigentes y son la base de la sostenibilidad que se trata de alcanzar en la actualidad.