Inicio / Eficiencia y ahorro / ¿Qué es el consumo eficiente? ¿Cómo utilizarlo para mejorar el ahorro energético?
La energía nos rodea. Vayamos a donde vayamos, y hagamos lo que hagamos, lo más probable es que alguna de nuestras tareas requiera de electricidad para poder ser realizada.
Aunque es cierto que cada vez tienen más importancia las energías renovables, se sigue dependiendo de fuentes de energía que se agotan, que no son renovables. Además, la forma en que se utilizan estas fuentes tiene un impacto directo sobre el medioambiente. Por ello, cada día se hace más evidente la necesidad de abogar por modelos de consumo que ayuden al ahorro energético (y, de paso, al económico).
Como ya os hemos contado en otros artículos, hay muchos elementos de los hogares que influyen en el consumo de electricidad: el aislamiento térmico, el tipo de sistema de calefacción que usamos, si disponemos o no de placas solares auxiliares… pero, a veces, el usuario no dispone de ninguno de estos elementos en su hogar.
En esos casos, ¿cómo se puede conseguir un buen ahorro energético? La respuesta es sencilla: a través del consumo eficiente.
El consumo eficiente se basa en reducir la cantidad de energía que se gasta en el día a día. Es, básicamente, aprender a utilizar la electricidad de tal manera que su uso se ajuste a las necesidades reales de sus usuarios, sin derrocharla.
En un mundo en el que nuestros hogares se han llenado de electrodomésticos y otros aparatos, cobra cada vez más importancia la idea de que hay que intentar implementar diferentes estrategias para ahorrar energía. En resumen, necesitamos aprender a usarlos de la manera más eficiente.
Para lograrlo, lo primero a tener en cuenta es que ya hay alguien que ha pensado en nosotros. Cuando vayáis a comprar un electrodoméstico nuevo, fijaos en la etiqueta energética que lleva.
Esta etiqueta permite identificar el consumo que tiene el aparato eléctrico, siguiendo la siguiente clasificación: siete categorías de la A a la G.
El verde oscuro (categoría A), nos indica que estamos ante un aparato muy eficiente y el rojo (categoría G), uno de baja eficiencia.
Antes, también existían categorías con +, pero se han eliminado recientemente, buscando la simplificación para el usuario.
Además, en la misma etiqueta se puede obtener información sobre el consumo anual en el caso de los frigoríficos; el de 100 ciclos para los lavavajillas, lavadoras y secadoras y el consumo de 1000 horas de uso para monitores y bombillas.
Del mismo modo, se incluyen una serie de pictogramas que indican el rendimiento y las características del producto, en función del aparato que estemos consultando.
Como se puede ver, antes de comprar cualquier electrodoméstico, se puede hacer una preselección en base a su consumo, gracias a la cual ya se estará contribuyendo a mejorar el ahorro energético.
También se puede tomar una serie de medidas en cuanto a la forma en la que utilizamos nuestros aparatos.
Teniendo en cuenta el reparto del gasto energético, los tres elementos que más electricidad consumen en nuestros hogares son:
Otros aparatos que consumen bastante y que se pueden manejar de forma un poco más eficiente son: