Ventajas en el proceso de construcción:
El proceso de la construcción industrializada en Passivhaus se caracteriza por la automatización de las soluciones lo que implica un mayor control del proyecto.
Además, en él, se realizan todos los cambios necesarios antes de la obra para garantizar una calidad y control superiores. Esto se traduce directamente en una reducción de posibles errores y un acortamiento del tiempo de trabajo durante la fase de construcción.
En esa línea, la forma de trabajar es más fluida. Esto implica que se puedan realizar más encargos simultáneos en el mismo tiempo.
Del mismo modo, la fabricación en distintas naves permite una optimización del tiempo y una reducción de los plazos de ejecución.
Ventajas para los profesionales:
El hecho de que los profesionales trabajen a cubierto durante la fase de prefabricación supone que estos trabajen en mejores condiciones, al no estar expuestos tanto tiempo a la intemperie como en las edificaciones tradicionales.
De esta manera, también se reducen los accidentes laborales y los peligros de trabajar en exteriores. Esto se traduce en que la plantilla tenga una mejor salud y, por lo tanto, sea también más productiva.
Otra de las ventajas para los profesionales es que la construcción industrializada aumenta el valor de su trabajo, tanto en relevancia como en el coste de los diseños. Esto sucede porque, al final, incentivan la especialización de los arquitectos, ya que es un sector muy complejo y específico.
Ventajas para el cliente final:
En primer lugar, se consigue rentabilizar la inversión gracias al cumplimiento de plazos y costes. Además, el cliente podrá disfrutar de unos materiales de gran calidad y durabilidad por un coste muy razonable.
También obtendrá un mayor confort dentro del hogar, por la construcción y materiales enfocado hacia la maximización de la misma.
El gasto energético respecto a la climatización del hogar también se ve afectado positivamente. Como ya hemos contado en otros artículos, estas viviendas consumen menos gracias a su hermeticidad.
Ventajas para el medio ambiente:
La forma de trabajar en la construcción industrializada reduce el consumo de energía, materiales y agua gracias a la automatización de procesos. Además, los componentes y materiales utilizados pueden ser reciclados, reduciendo así la generación de residuos y el impacto medioambiental.
Estas edificaciones también disminuyen la huella de carbono, con una reducción de emisiones de CO2 de hasta un 60 % durante la construcción y un 30 % durante su uso como vivienda.
Además, su eficiencia en la climatización reduce el consumo energético entre un 40 y un 75 % en comparación con las construcciones tradicionales.
En conclusión, las construcciones industrializadas son una gran opción para aquellos que buscan construir una vivienda sostenible y eficiente energéticamente, ya que se trata de una solución muy sostenible, económica y segura.