Inicio / Eficiencia y ahorro / Iluminación LED: ahorro energético y sostenibilidad
Actualmente, se pueden ver luces LED en muchos lugares: viviendas, oficinas, espacios públicos. ¿Por qué se ha extendido tanto su uso? ¿Qué diferencia hay entre una iluminación LED y la que produce una bombilla incandescente? En este post te contamos las ventajas que aporta este tipo de iluminación en términos de ahorro de energía y sostenibilidad.
LED son las iniciales de Light Emitting Diode, es decir, se trata de un diodo semiconductor que puede emitir luz. Lo empezamos a ver, hace años, en los botones de aparatos para indicar que estaban encendidos o apagados y, posteriormente, se han extendido a toda clase de iluminación.
Una de las características que solemos ver es el color, que puede ser de muy diversos tipos. Esto no depende del LED sino de material que se utiliza.
La iluminación LED se ha diversificado a lo largo del tiempo para adaptarse a diferentes necesidades y aplicaciones. Existen diversas formas de clasificar este tipo de iluminación:
La iluminación LED ofrece diversas ventajas que la convierten en una opción que ahorra dinero y protege el medioambiente. Estas son las principales ventajas:
Ya hemos visto que uno de los mayores beneficios de la iluminación LED es su capacidad para ahorrar energía. Las bombillas LED utilizan hasta un 90% menos de energía que las bombillas incandescentes, lo que supone una reducción significativa en la factura de la luz. Esto se debe a que las bombillas tradicionales emiten luz y calor, mientras que las LED no desperdician la energía emitiendo calor.
Una bombilla LED puede durar hasta 50.000 horas, frente a las 2.000 horas que suele durar una bombilla de filamento
Larga duración
Las bombillas LED pueden durar entre 25.000 y 50.000 horas, mientras que las bombillas de filamento suelen durar entre 1.000 y 2.000 horas. Además, estas últimas se caracterizan por la fragilidad tanto de los filamentos como del cristal que lo protege.
El ahorro de energía supone que se impulsa la sostenibilidad y, además, al tener una mayor duración, las luces LED, suponen una disminución de la producción de residuos y del impacto ambiental asociado con la fabricación y el transporte de bombillas.
Las luces LED requieren muy poco mantenimiento. Esto beneficia tanto a espacios pequeños (como hogares) como grandes espacios o zonas de difícil acceso para cambiar una bombilla (farolas en la vía pública, iluminación exterior de edificios).
Las bombillas LED ofrecen una mejor calidad de luz. Además, se pueden elegir colores y regular la intensidad para adaptarse a las necesidades, por ejemplo, la iluminación de una zona de lectura no es la misma que la que se requiere para una obra de arte o para un producto en una vitrina de una tienda.
La iluminación LED se adapta a diversos espacios y es regulable en cuanto a intensidad y color
Ya hemos visto que las bombillas incandescentes transforman la mayor parte de la energía en calor, sin embargo, las luces LED no generan calor, lo que las hace más seguras de usar y reducen la necesidad de sistemas de refrigeración en espacios cerrados, lo que produce un ahorro en la demanda de energía e impulsa la sostenibilidad.
En conclusión, la iluminación LED ofrece beneficios en diversos ámbitos y, en definitiva, reduce la factura de la luz y contribuye a la sostenibilidad y a la lucha por el cambio climático. Esos son los motivos por lo que tanto los particulares como las empresas implantan esta tecnología y es previsible que la tendencia continúe durante los próximos años.