Cada vez somos más conscientes de la importancia de la sostenibilidad en todos los ámbitos y también a la hora de diseñar una vivienda. Las casas autosuficientes energéticamente son la clave para reducir el consumo de energía y cuidar el medioambiente. Todo empieza con un plan para que la vivienda sea autosuficiente desde el punto de vista energético. Vamos a ver, paso a paso cómo lograrlo.
¿Qué es una casa autosuficiente?
Lo primero que debemos tener claro es que una casa autosuficiente es aquella que se diseña para ser capaz de generar toda o la mayor parte de la energía que consume, sin depender de fuentes externas.
Este tipo de viviendas son capaces de aprovechar al máximo los recursos naturales como el sol, el viento o la lluvia para cubrir sus necesidades de luz, agua, calefacción o refrigeración, entre otras. Además, integran sistemas que optimizan el consumo de agua y promueven la gestión eficiente de los residuos.
Claves para planificar una vivienda autosuficiente
Para que una casa logre ser autosuficiente hay que analizar diversos aspectos antes de comenzar a construir. A continuación, vamos a ver los elementos que se deben considerar:
Ubicación y orientación
Son factores esenciales para aprovechar al máximo los recursos naturales. Una orientación adecuada optimiza la captación de la luz del sol y esto permite la instalación de paneles solares térmicos.
Por otro lado, la ubicación geográfica de la vivienda determina las condiciones climáticas predominantes, lo que influye directamente en el diseño de la casa. En zonas frías, es necesario optimizar la captación de luz y calor proveniente del sol, mientras que en regiones cálidas es fundamental aprovechar la sombra y favorecer la ventilación natural.
Aislamiento
Un buen aislamiento evita pérdidas de calor en invierno y mantiene el ambiente de la casa fresco en verano, esto reduce la necesidad de uso de la calefacción o del aire acondicionado.
Para lograr un aislamiento óptimo se pueden utilizar materiales naturales como el corcho proveniente de bosques sostenibles. Este elemento es eficaz tanto para el aislamiento térmico como para el acústico.
Aprovechamiento de recursos naturales
Una vivienda autosuficiente debe aprovechar los recursos naturales que tiene a su disposición: el sol, el agua o el viento, entre otros.
Aprovecha los recursos naturales con paneles solares, sistemas de recogida de agua de lluvia o de energía eólica.
La energía solar se puede aprovechar con paneles solares, la del viento con sistemas de energía eólica y, por otro lado, el agua de la lluvia puede recogerse y almacenarse para su posterior uso en riego de jardines, limpieza de la casa o incluso para el suministro de agua potable si se instalan sistemas de purificación adecuados.
Selección del color de paredes y de la cubierta
El color de las paredes y de la cubierta de la vivienda puede influir directamente en su capacidad para mantener una temperatura confortable todo el año. Si la vivienda está en una zona con clima cálido, los colores claros como el blanco o el beige ayudan a reflejar la luz solar y reducen el calentamiento interno. Por el contrario, en zonas más frías frías, los colores oscuros contribuyen a absorber más calor.
Si tu vivienda está en un clima cálido elige colores claros para las paredes exteriores.
Por otro lado, soluciones de diseño biofílico como las cubiertas verdes o los jardines verticales mejoran el aislamiento térmico de la casa y contribuyen a la regulación de la temperatura.
Ventilación natural
La ventilación natural también es otra forma de impulsar la autosuficiencia de la casa. Desde el momento en el que se diseñe la vivienda se pueden colocar las ventanas y las puertas hacia el exterior en lugares estratégicos que favorezcan la creación de corrientes de aire.
Por lo tanto, tener una vivienda que no dependa de la red eléctrica ni del suministro exterior de agua, es posible. Es necesaria una planificación pormenorizada que considere todos los elementos que rodean la casa y cualquier aspecto que favorezca la optimización del uso de energía y de agua.