Inicio / Comunidad profesional / Autónomo o sociedad: ¿qué es mejor para una empresa de instalación?
Si quieres crear una empresa de instalación, elegir la forma jurídica adecuada es una decisión esencial que influirá significativamente en la gestión del negocio. Para una empresa de instalación, la elección entre ser autónomo o crear una sociedad mercantil como una sociedad de responsabilidad limitada (SL) tiene implicaciones legales, fiscales y operativas que deben considerarse detenidamente. En este artículo te contamos los pros y contras de las dos opciones.
La primera alternativa consiste en darse de alta como autónomo para ser instalador. Es un proceso sencillo y rápido en comparación con la constitución de una SL. Simplemente tendrás que presentar el DUE (Documento Único Electrónico) online en los Puntos de Atención al Emprendedor (PAE), para darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y en Hacienda.
Ser autónomo tiene una serie de ventajas que se pueden resumir en las siguientes:
Tienes la opción de comenzar la actividad como autónomo y cuando el negocio crezca crear una SL
Ser autónomo también tiene desventajas como las que citamos a continuación:
La constitución de una Sociedad Limitada (SL) es un proceso más complejo y caro, pero ofrece una serie de ventajas significativas, especialmente en términos de responsabilidad frente a terceros.
Las ventajas de una sociedad de responsabilidad limitada son las siguientes:
La principal ventaja de una SL es la limitación de la responsabilidad derivada del negocio, al capital social.
Tener una SL también tiene desventajas:
En definitiva, la elección entre ser autónomo o constituir una sociedad mercantil para una empresa instaladora depende de los factores que hemos visto. Es recomendable que los emprendedores analicen sus objetivos y recursos antes de tomar una decisión, y consulten con un asesor legal y fiscal para asegurarse de elegir la forma jurídica que mejor se adapte a sus necesidades y expectativas empresariales.