La forma de construir en nuestro país está cambiando. En los últimos años, está ganando cada vez más importancia la idea de la construcción sostenible teniendo en cuenta la eficiencia energética. En este concepto, se engloban las casas pasivas o Passivhaus (de las que ya os hemos hablado con más profundidad en este artículo).
Una de las edificaciones que siguen esos parámetros es la Casa Arias, construida al sur del Pirineo, en Roncal (Navarra).
En este pueblo, los inviernos son bastante fríos (con nevadas frecuentes), por lo que construir una vivienda siguiendo los criterios del Passivhaus parecía un poco arriesgado. Sin embargo, los datos demuestran que, desde su construcción en 2010, se ha conseguido un gran ahorro energético que se ha visto traducido en una reducción de las facturas de unos 3000 euros anuales. Esto es casi el 80% del gasto habitual.
Para que se entienda mejor: la Casa Arias se mantiene caliente, a una temperatura interior de 21º C, solo con encender un radiador de 2000W durante una hora al día.
Además del ahorro, también se ha alcanzado un buen nivel de confort en toda la casa. Esto demuestra que el clima no es un impedimento para apostar por las casas pasivas.
Pero, ¿cómo lo han conseguido?
Elementos distintivos de su construcción
Cuando hablamos de Passivhaus, tenemos que tener en cuenta que hay una serie de puntos muy importantes que se han de conseguir en su diseño, como lograr un buen aislamiento térmico, ventilar con recuperación de calor, controlar la hermeticidad del aire, aprovechar y protegernos de la energía solar… Y, para lograrlo, en la construcción de la Casa Arias se han seguido una serie de pautas que os detallamos a continuación.
En primer lugar, la Casa Arias ha sido construida con una estructura de madera que emplea materiales que respetan la salud medioambiental en sus procesos de producción.
Cuando se plantearon sus fachadas, se pensó en aprovechar al máximo la luz natural y la energía solar. Y esto se logra con una buena orientación hacia el sur, desde donde más incide el sol. Para mejorar esta captación de energía solar, se han usado materiales que ayudasen a ello, como la piedra y la madera, que además son típicos de la zona.
Del mismo modo, esta construcción utiliza tableros de fibra de madera y celulosa para lograr un mejor aislamiento. Además, los huecos de iluminación natural (como las ventanas) llevan un cristal triple que ayudan a mejorar este aislamiento térmico. En esta línea, la Casa Arias también cuenta con persianas de láminas graduables que ayudan a proteger del sol sin perder la luminosidad de las estancias.
Otro elemento más con el que cuenta esta vivienda es con una instalación de ventilación mecánica con recuperación de calor. Este sistema ayuda a conseguir una correcta ventilación del hogar sin tener pérdidas energéticas.
El certificado Passivhaus de la Casa Arias
Gracias a aplicar todas estas medidas en su construcción, la Casa Arias recibió su certificado de casa pasiva de mano del Instituto Passivhaus en 2011. De esta manera, se convirtió en la segunda casa pasiva certificada en España (aunque es la primera que está habitada de continuo).
Al final, cuando hablamos de Passivhaus, la idea es conseguir el mayor confort e higiene dentro de la vivienda, pero con un gasto mínimo de energía. Es lógico en este punto preguntarse por el coste de una vivienda así. Es cierto que llevar a cabo un proyecto de Passivhaus puede llegar a tener un sobrecoste en su construcción de entre un 5 y un 10% con respecto a una casa tradicional. Pero hay que tener en cuenta que, en este caso concreto, este sobrecoste se ha amortizado en tan solo 8 años. Esto a pesar de la estimación inicial de que se haría en 20 años.
Así que, si os estáis planteando construir una vivienda, merece la pena considerar un sistema de casa pasiva de cara al ahorro a largo plazo. En España, ahora mismo, hay más de 200 casas pasivas certificadas, y muchas más en proceso.