Todos tenemos la responsabilidad de un uso responsable de la energía en nuestras casas y existen tanto medidas activas como pasivas que ayudan a conseguir este objetivo. Las acciones prioritarias consisten en reducir el consumo y adoptar hábitos más sostenibles. En este post analizamos las medidas que se pueden tomar en las viviendas para mejorar la eficiencia.
En España, según un estudio de UCI, 9 de cada 10 de las viviendas tienen una calificación energética E, F o G (las peores en consumo)
Estrategias pasivas que influyen en la eficiencia energética
Este tipo de medidas son aquellas en las que no se utilizan equipos o sistemas, sino que derivan del diseño y la construcción de la vivienda. Se pueden tomar tanto desde el momento del diseño y construcción, como desde el momento de la rehabilitación energética de edificios.
Son las siguientes:
Considerar el clima de la zona en la que se construye la vivienda
No es lo mismo una vivienda en una zona cálida que necesita más sombra para refrescar la casa, que una vivienda en una zona fría que requiere una orientación hacia el sol para aprovechar la luz y el calor. El clima influirá en cómo se oriente la casa.
Optimizar ventanas y fachada
Es importante que se considere el tipo de aislamiento térmico que se utiliza, el color o los huecos de la fachada (ventanas, balcones, tipos de vidrio utilizados, estanqueidad de la carpintería exterior).
Aprovechar la luz natural
Es esencial la forma de las ventanas, su tamaño y hacia dónde se abren los huecos para aprovechar la luz del sol y no desperdiciar una fuente de calor natural. También se debe considerar el material del que están hechas y su colocación.
Aplicar impermeabilización de cubiertas y paredes
Esto es esencial para cuidar la calidad del aire, evitar humedades, formación de moho y mantener la temperatura interior de la casa tanto en invierno como en verano.
Utilizar muros y cubiertas vegetales
Pueden refrescar el ambiente y controlar el calor. En muchos edificios ya hay jardines verticales y son uno de los elementos del diseño biofílico.
Diseñar de forma adecuada la distribución interior
La forma en la que se distribuyen las habitaciones, junto con los huecos en la fachada, contribuye a la ventilación directa o cruzada.
Las medidas para mejorar la eficiencia energética pueden aplicarse desde el diseño o rehabilitación de la construcción
Medidas activas para la eficiencia energética
Junto a las medidas anteriores, se pueden tomar otras que son las activas y que se refieren a las instalaciones. Te damos varios ejemplos:
Solución de ventilación de doble flujo con recuperación de calor
La calidad del aire interior es uno de los elementos más importantes de las viviendas. Con este tipo de elementos se alcanza hasta un 96% de eficiencia térmica.
Implantación de sistemas de recogida de aguas pluviales.
Este tipo de sistemas contribuyen al ahorro de agua y a su reutilización para el riego de jardines, por ejemplo.
Sistema solar térmico
Por ejemplo, con un sistema como OKSOL, que engloba la bomba, el acumulador y la placa en un mismo bloque no solo se ahorra espacio sino que también se puede reducir hasta en un 75% la factura de agua caliente de una familia.
Las estrategias activas consisten en instalaciones y sistemas que podemos implementar en nuestras casas
Sistema de control
Son elementos que ayudan a controlar el consumo de energía en las viviendas como los sensores de movimiento o los termostatos.
Suelo radiante refrescante
Esta solución permite alcanzar un gran confort térmico a la vez que ahorra energía y calienta la casa en verano y la refresca en invierno.
Electrodomésticos eficientes
Elegir electrodomésticos eficientes es otro elemento importante para el ahorro de energía en las viviendas. Con este tipo de elementos se pueden alcanzar ahorros de hasta el 70% de energía.
En definitiva, se trata de analizar en qué momento se pueden introducir medidas pasivas y activas de eficiencia energética para mejorar el confort y la salud de las personas y contribuir a una reducción del consumo de energía.