El concepto de una mala ventilación hace referencia a una circulación del aire de mala calidad en un entorno cerrado. El simple gesto de abrir ventanas y airear el entorno puede mejorar la ventilación del lugar. Sin embargo, puede no ser suficiente.
Controlar la calidad del aire interior es una tarea imprescindible
Se trata de una realidad: la calidad del aire afecta a las personas en sus centros de trabajo y a los individuos en sus hogares. Esto puede suceder a diversos niveles, pudiendo verse afectado su estado anímico, su rendimiento y su salud. De hecho, si se mantiene una mala calidad del aire en interiores, puede incrementarse notablemente la irritabilidad de las personas y la aparición de determinadas enfermedades. Por este motivo, resulta primordial la renovación del aire.
Los efectos sobre la salud de una mala ventilación
Cuando no existe una circulación con una buena calidad del aire, la humedad tiende a acumularse. En consecuencia, las personas expuestas a ella durante un largo período pueden contraer diversas enfermedades.
Pero no se trata solo de enfermedades derivadas de la humedad. La mala ventilación puede provocar otras patologías, que se listan a continuación:
Enfermedades respiratorias:
Diversas investigaciones han probado que la exposición a la humedad prolongada se asocia directamente a diversos síntomas respiratorios. Entre ellos, el asma, la neumonitis por hipersensibilidad, la rinosinusitis, la bronquitis y diversas infecciones respiratorias.
También puede aumentar el riesgo de tener reacciones alérgicas cutáneas y respiratorias y, junto a ellas, la tos alergénica: una tos seca, persistente e irritativa, que puede ir acompañada de irritación ocular.
Además, las personas con asma o neumonitis pueden estar en riesgo de desarrollar enfermedades más graves si la exposición continúa.
Aspergilosis:
Esta enfermedad consiste en la proliferación de hongos en el sistema respiratorio, provocando una infección de las cavidades pulmonares. La aspergilosis puede llevar a un sangrado pulmonar grave. En ocasiones, hasta podría ser mortal.
Estrés térmico:
El estrés térmico está directamente relacionado con la carga de calor a la que estamos expuestos. A más calor, más estrés. Para funcionar con normalidad, el cuerpo humano necesita mantener la temperatura interior en torno a unos 37 ºC. Tan solo con alcanzar un nivel de estrés térmico moderado, un grado por encima de dicha temperatura, puede verse dificultada la realización de cualquier tarea. En estos niveles, se pueden presentar síntomas de deshidratación, agotamiento, calambres, síncopes e, incluso, golpes de calor.
Si dicho estrés se aproxima a los límites de tolerancia de las personas, aumenta el riesgo de trastornos derivados de la exposición al calor. En otras palabras: si la temperatura central del cuerpo supera los 40,5 ºC y se mantiene por un tiempo relativamente prolongado, los efectos sobre la salud pueden ser irreparables, causando incluso la muerte de la persona.
Hipoxia:
Ante un espacio confinado con mala ventilación, existe el riesgo de hipoxia. Esta patología hace referencia a la deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo, alternado la función de los mismos. En estado de hipoxia, se ve incrementada la sensación de agotamiento. Además, las habilidades cognitivas empeoran.
Anoxia:
La anoxia es la versión más avanzada de la hipoxia: la falta casi por completo de oxígeno en el cerebro. Esto puede hacer que las personas sufran lesiones neurológicas de gravedad. Además, es muy común que, en este estado, se llegue a la parada cardíaca.
Otros causantes de la mala calidad del aire interior
No solo se trata de ventilar correctamente. Existen otros factores que pueden influir en la calidad del aire que respiramos en interiores. Los más comunes son:
- La localización del edificio. Si se encuentra cerca de muchas fuentes de polvo y partículas, el ambiente puede verse muy afectado. Por ejemplo, estando cerca de una zona en obras o de carreteras de mucha circulación de vehículos.
- El uso de materiales peligrosos. En los edificios de construcción moderna, esto sucede cada vez con menos frecuencia. Sin embargo, en los más antiguos, aún puede haber presencia de materiales como el amianto, que pueden empeorar la calidad del aire en interiores y resultar dañinos para la salud.
Por todos estos motivos, es muy importante realizar una correcta ventilación. En este post, te damos todos los detalles de cómo hacerlo de la mejor manera posible.