Desde que el COVID-19 irrumpiese en nuestras vidas, pasamos más tiempo en casa que antes. Como consecuencia de esto, el número de contaminantes que se acumulan dentro de los hogares aumenta, deteriorando la calidad del aire que se respira dentro de los mismos. En algunas ocasiones, esto puede provocar que incluso se lleguen a desarrollar patologías relacionadas. Por ello, no podemos sino hacer hincapié en lo importante que es ventilar para evitarlo.
A la manera tradicional
La manera más sencilla y extendida de ventilar correctamente es a través del método tradicional: abrir las ventanas de la habitación que se desee ventilar y mantenerlas así durante, al menos, 15 minutos al día. Se puede empezar por las estancias con menos contaminantes (habitaciones, comedor…) y terminar por las más cargadas, como la cocina y el baño. Además, también es recomendable intentar reducir al máximo la humedad. Por ejemplo, utilizando el extractor al cocinar, ventilando el baño después de la ducha, ventilando después de fregar…
Sin embargo, ventilar así también es la manera menos eficiente energéticamente, a largo plazo puede salir más caro si no se lleva a cabo correctamente.
Pero, afortunadamente, el ser humano siempre ha buscado la manera de optimizar las cosas y conseguir mejores resultados a través de la tecnología. Por ello, hoy en día existen soluciones que, aunque puedan requerir una inversión inicial, ayudan a ahorrar dinero y energía.
En el caso de las casas construidas a partir de 2006, lo más probable es que se hayan construido siguiendo las directrices del Documento Básico de Salubridad (DB-HS). Esta normativa obliga a adoptar soluciones de ventilación híbrida o mecánica en las viviendas para poder garantizar una buena calidad del aire en nuestros hogares, entre otras medidas.
Ventilación mecánica vs ventilación híbrida
¿En qué consisten estos sistemas?
Por un lado, la ventilación mecánica implica la instalación de unos ventiladores que no se apagan nunca y que están ventilando continuamente. La extracción se adapta a las necesidades reales de ventilación de nuestro hogar.
Por otro lado, la ventilación híbrida utiliza un mix de sistemas para la renovación del aire tanto mecánicos como naturales. Esto se refiere a que la instalación usará la ventilación natural siempre que sea posible y, cuando no sea así, utilizará los ventiladores para renovar el aire de manera automática.
El sistema más común presente en la mayoría de hogares que tienen algún tipo de instalación es el híbrido, ya que suponen una menor inversión y son el mínimo requerido.
Otras alternativas a la ventilación tradicional
Ahora, ¿qué ocurre si estamos ante una casa anterior a 2006 y no tiene ninguno de estos sistemas por defecto? Pues existen otras alternativas a la ventilación tradicional, que os detallamos a continuación.
En primer lugar, está la microventilación. Esta práctica consiste en añadir una apertura fija de carpintería en las ventanas. Dicha apertura permite una ventilación muy pequeña pero suficiente para garantizar los caudales exigidos. Además, proporciona un flujo constante y suave.
En segundo lugar, está la ventilación con recuperación de calor. La instalación de este sistema requiere una inversión mayor, pero es de los más eficientes energéticamente. Básicamente, consiste en instalar unos dispositivos que aprovechan el intercambio de aire entre el interior y el exterior y recuperar el calor que se genera en este intercambio. Es decir, se reutiliza la energía del aire interior para calentar el aire exterior. De este modo, se acorta el salto térmico entre un aire y el otro, haciendo que los equipos de climatización no tengan que emplear tanta potencia. Así, se reducen al máximo las pérdidas energéticas.
Como podéis ver, hay varias alternativas muy interesantes más allá de la ventilación tradicional. Estas opciones ayudarán a conseguir un ambiente interior óptimo, sin toxinas ni contaminantes y, además, sin tanta pérdida de energía. Pero, si finalmente es necesario recurrir a la ventilación tradicional, siguiendo los consejos citados, también se puede mantener el interior de vuestras casas en unos buenos niveles.