Nunca nos paramos a pensar si la calidad del aire que respiramos en casa, en el trabajo o en los lugares de ocio es óptimo para nuestra salud. Siempre tendemos a pensar en el aire exterior, en su contaminación… Sin embargo, la realidad es que pasamos mucho más tiempo en interiores que exteriores a lo largo del día. Por ello, también es importante pensar en la calidad del aire interior, ya que es una tarea que descuidamos constantemente.
Contar con una calidad del aire óptima en interiores significa cuidar también de la salud y el bienestar. Imagina respirar un aire de mala calidad durante el tiempo que estás en interiores. Cuando acabas de contar las horas, te das cuenta de que pasas más tiempo del que crees respirando aire contaminado.
Conoce la importancia de la composición del aire en interiores
Más adelante veremos el impacto que tiene la calidad del aire en interiores sobre nuestra salud. Pero, en primer lugar, es necesario conocer las fuentes de contaminación propios de estos lugares. Estas tienen su origen en su mayoría en el material particulado (PM) como puede ser el polvo, pequeñas partículas de piel, de ropa, pelo, restos materiales de las fotocopiadoras, aerosoles… entre otros como el CO2 y la humedad.
Tampoco hay que olvidar la presencia de microorganismo como los virus, bacterias, hongos, ácaros, etc.
El peligro de inhalar ciertas partículas es real, ya que nuestro organismo las asimila. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido de referencia las partículas con un diámetro inferior a las 2,5 micras (PM2,5) como indicadores de concentración de PM. Además, la OMS también ha reconocido que el aire de espacios interiores puede llegar a estar de cinco a diez veces más contaminado que el aire exterior.
¿Cómo influye la calidad del aire interior en la salud?
Si respiramos una mala calidad del aire significa que estamos respirando un aire perjudicial. Esto puede originar problemas cardiovasculares y respiratorios causándonos distintas enfermedades, desde daños en el sistema nervioso central e incluso cáncer. Por otra parte, también puede generar síntomas más leves, pero bastante molestos como irritación en los ojos, nariz y garganta; además de mareos o náuseas.
En esta parte, debemos destacar y aclarar también el papel del CO2. Este componente, aunque se consideremos que forma parte de la contaminación del aire, no resulta perjudicial como tal para la salud humana. De hecho, es hasta necesario (en su justa medida) para la óptima oxigenación de la sangre. Sin embargo, en altas concentraciones lo que provoca es que desplaza el oxígeno que necesitamos para respirar. Por este motivo, los lugares cerrados durante muchas horas resultan peligrosos porque contaríamos con una concentración de oxígeno menor y el CO2 seguiría acumulándose. Por lo tanto, en estos casos la respiración se vuelve más dificultosa.
Cómo mejorar la calidad del aire en interiores
Lo más importante a la hora de mejorar la calidad del aire es una correcta ventilación del espacio interior. Esto se puede llevar a cabo a través de ventilación natural o mecánica. Lo ideal sería la ventilación natural si las condiciones exteriores lo permiten. Para ello también existen filtros que depuran el aire que pasa por las ventanas.
En el blog, tenemos un artículo que te cuenta todos los tips para ventilar correctamente un interior. Te contaremos la diferencia entre la ventilación mecánica y la híbrida, además de mostrarte otras opciones a la ventilación tradicional.
Por último, solo queremos recordar la importancia de respirar un aire de calidad, no solo en el exterior, sino también en el interior de los edificios. Para las personas que viven en grandes ciudades, esto es un problema, tanto por la calidad del aire como por el tiempo de exposición. Por ello, en los últimos años, cuidar del aire que respiramos se ha convertido en una tarea imprescindible.