En este texto pionero, elaborado con la colaboración de la Universidad Politécnica de Madrid, se centran en la concentración de CO2 en los hogares españoles. Además, analizan su impacto en la calidad del aire dentro de los mismos. Para ello, se han tenido en cuenta diversos parámetros, como la localización de las viviendas, su número de ocupantes, antigüedad y calidad de materiales, entre otros.
En el año 2013, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer nombró a la contaminación en el aire como agente carcinógeno. Además, en 2016, la Organización Mundial de la Salud estimó la muerte de 4,2 millones de personas debido a este factor. Por ello, la necesidad de estudiar los contaminantes del aire se ha visto incrementada.
Este hecho, sumado a la irrupción del COVID-19 en nuestras vidas, ha provocado que se haya priorizado el esfuerzo por mejorar la calidad del aire interior.
A pesar de ello, en este estudio se ha analizado cómo el CO2 se ha mantenido en niveles muy altos de concentración dentro de los hogares, por encima de 900 partes por millón. Este el límite normativo establecido por el DB-HS3 del Código Técnico de la Edificación (CTE). Y todo esto, pese al esfuerzo por incorporar medidas para ventilar las distintas habitaciones.
La concentración de dióxido de carbono según la zona geográfica
El estudio se ha realizado dividiendo el país en tres partes (norte, centro y sur). Sus datos demuestran que, en el dormitorio principal y en el salón, la media sobrepasa los 900 ppm que hemos mencionado antes. Esto sucede en las tres regiones, siendo especialmente preocupante en el sur. En esta zona, el 84 % de las viviendas sobrepasan los 900 ppm, frente al 39 % de la zona centro.
Los niveles de dióxido de carbono según la superficie de la vivienda
Además, en relación con la superficie de la vivienda, se ha establecido una clasificación que las divide en tres:
- Hogares menores de 30 m² por persona.
- Viviendas entre 30 y 50 m² por persona.
- Hogares mayores de 50 m² por persona.
En este sentido, se ha comprobado que el tamaño de los hogares, con respecto a los metros cuadrados disponibles por persona, influye directamente sobre la acumulación de CO2. El 89 % de las viviendas menores de 30 m² por persona supera el límite tanto en dormitorios como en salones, frente al 60 % – 30 % de los hogares con mayor superficie por ocupante.
Las mediciones de dióxido de carbono según la calidad de las ventanas
Además, en el estudio también se han centrado en las ventanas y su tipología. El motivo para ello es que se considera que la hermeticidad es fundamental para evaluar la CAI.
Las viviendas con la mayor calidad en sus ventanas son las que mayor concentración de CO2 acumulan. El 81% de los hogares que encajan en esta categoría superan los límites de dióxido de carbono en sus dormitorios, frente al 57% de los hogares que presentan ventanas de peor calidad.
Teniendo en cuenta todos estos datos, se llega a la conclusión de que es necesario reducir las concentraciones de dióxido de carbono en el interior de los hogares españoles. Para ello, el CGATE recomienda el uso de dispositivos como los detectores de CO2, especialmente en los salones y habitaciones. Estas son las estancias más afectadas por dicha acumulación que, a la larga, puede ser muy perjudicial para nuestra salud.