Como ya os contamos en este artículo, la domótica nos permite automatizar una vivienda o cualquier otro espacio, mejorando con ello el confort y salud de sus usuarios. Pero, además, con la domótica mejora notablemente la eficiencia energética.
Esto sucede porque nos ayuda a llevar a cabo una gestión más adecuada de los elementos que conforman el ecosistema de nuestro hogar, como pueden ser los electrodomésticos, la climatización, la ventilación, la iluminación…
¿Cómo se puede ahorrar energía con la domótica?
Según un estudio del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), instalar domótica en nuestros hogares podría suponer un ahorro eléctrico anual de un 80 % en iluminación. Además, también implica un ahorro de un 25 % en aire acondicionado y de un 17 % en calefacción. Finalmente, se estima que se puede lograr reducir un 20 % el gasto energético en los pequeños electrodomésticos y un 11 % en agua caliente sanitaria (ACS), entre otros.
Esta reducción se logra a través de:
Desconexión de los electrodomésticos en standby
Gracias a la domótica, se pueden desconectar los equipos no prioritarios mientras no se usan. De esta manera, ahorraremos al no tener dispositivos que no usemos en standby.
Puesta en marcha de los electrodomésticos en franjas más baratas
Otra cosa que se puede hacer con la domótica es programar los electrodomésticos, como puede ser la lavadora, para que se pongan en marcha en las horas valle de nuestra tarifa contratada.
Control automatizado de la iluminación
En la línea anterior, la domótica también permite programar la iluminación de una estancia para que se apague automáticamente o para que se regule en función de la luz solar disponible. Si se instala un sensor de presencia, también se podrá hacer que se enciendan solo cuando alguien entre en una estancia y se apaguen cuando no detecte la presencia de nadie.
Además, también se podría controlar a distancia, con lo que podríamos apagar una las luces de una habitación incluso sin estar en ella.
Aprovechamiento de la luz natural
La iluminación se puede programar (esto es especialmente interesante para las luces exteriores), pero también se puede automatizar la subida y bajada de toldos y persianas para aprovechar al máximo las horas de luz y, así, evitar el consumo excesivo de energía.
Programación de la climatización
Otra de las opciones disponibles gracias a la domótica es la de programar la calefacción para que se encienda a demanda. Por ejemplo, antes de llegar a casa o haciendo que la temperatura se mantenga constante. También en función de la variación de la temperatura exterior o de la hora del día.
Detección de ventanas abiertas
Puede parecer menos importante, pero la domótica también nos permite recibir avisos si las ventanas se quedan abiertas cuando está en marcha la calefacción. De este modo, podremos cerrarlas y ahorrar energía.
Como podéis ver, la domótica supone una gran ayuda para reducir la factura energética. Además, si la combinamos con un sistema de gestión inteligente desde el que se pueda controlar todo, también estaremos mejorando el confort y el control. Al final, el usuario tiene la capacidad de gestionarlo todo desde un único dispositivo, facilitando enormemente la tarea.