Cuando se trata de ahorrar energía, existen diferentes maneras de conseguirlo. Por ello, hemos querido realizar una selección de las más eficientes y sencillas, que os contamos a continuación:
Revisa tu tarifa y compara
Lo primero que se puede hacer para reducir la factura eléctrica es comparar precios entre compañías y elegir una tarifa adecuada. Pongamos un ejemplo: en un hogar en el que se contraten 4,6 kW de potencia y se tenga un consumo anual de 3.500 kW. En este caso concreto, los precios entre distintas compañías pueden llegar a diferir por una cantidad de hasta 1.000 euros al año.
Ajusta la potencia energética contratada al gasto real
Es muy importante revisar nuestras facturas eléctricas y comprobar los picos máximos de potencia que vienen en ellas. Si esos picos están muy por debajo de lo que se tiene contratado, se debería contactar con la compañía y pedir que ajusten dicha potencia. Especialmente en las horas puntas (laborables desde las 8:00 a 14:00 horas y de 18:00 a 22:00 horas). No es necesario cambiarlo en el horario valle (laborables de 00:00 a 8:00 horas y durante todo el día los fines de semana y festivos), apenas se notará la diferencia en la factura a final de mes.
Intenta llevar a cabo las labores de más carga energética en las horas valle
Como ya os hemos explicado en el punto anterior, existen tarifas por tramos. En este tipo de tarifas, se hace una diferenciación importante entre las horas puntas y el horario valle.
Las horas puntas son en las que más gente hace uso de la energía y, por tanto, son las más caras. En este tramo, es mejor intentar reducir el consumo energético y dejar las tareas que más energía consumen para el horario valle.
El horario valle comprende las horas en las que habitualmente se consume menos energía y, por tanto, son las más baratas.
Aprovecha la luz solar para ahorrar energía
Puede parecer banal, pero intentar aprovechar al máximo las horas de luz natural ayuda a disminuir la factura energética.
Siempre que sea posible, es conveniente intentar nuestros lugares de estudio, trabajo o lectura cerca de ventanas u otros huecos de iluminación natural.
Además, aunque esto ya se ha repetido hasta la saciedad, si es necesario encender la luz, siempre habrá que apagarla al abandonar la estancia.
Desenchufa los aparatos que no se utilicen
Muchos de los aparatos eléctricos que se utilizan en los hogares no se apagan completamente, sino que se quedan en stand-by: televisores, ordenadores en suspensión… desenchufar todo lo que no se utiliza (cargadores de móvil, apagar regletas, la cafetera…) puede suponer un ahorro de hasta un 10 % del sobrecoste anual en nuestras facturas.
Prioriza los programas económicos en lavadoras y lavavajillas
La palabra ECO está ahí por un motivo: utilizar el programa económico de los aparatos que lo permitan puede suponer un ahorro de hasta un 40 %.
Además, de eso, hay que darles un buen uso: poner lavadoras y lavavajillas en su máxima capacidad de carga, regular bien la temperatura del frigorífico, no dejar la puerta abierta en la nevera ni en el congelador… todo son pequeños que gestos que, sumados, pueden ayudar a reducir el gasto total.
Apuesta por los electrodomésticos más eficientes para ahorrar energía
Si ya ha llegado la hora de cambiar algún electrodoméstico por su avería irreparable o por su antigüedad, lo mejor es buscar un sustituto que sea lo más eficiente posible. Si quieres aprender cómo identificarlos, en este artículo te damos todas las claves.
Utiliza bombillas de bajo consumo
Es cierto que las bombillas de bajo consumo tienen un precio algo más elevado que las tradicionales. Sin embargo, consumen bastante menos y tienen una duración muy superior, por lo que ese gasto inicial se verá compensado a largo plazo. Este tipo de bombillas supone un ahorro de hasta un 50 %, en el caso de las CFL, y de hasta un 80 % en las de iluminación LED.
Ajusta la temperatura de tu hogar
Mantener una temperatura estable en nuestros hogares también ayuda a reducir el consumo energético. La temperatura ideal oscila entre los 19-23º durante el día y los 15-17º por la noche. Cada grado extra puede suponer un incremento del 7 % del consumo energético.
Invierte en autoconsumo y un hogar inteligente
Si la economía lo permite, lo ideal sería invertir en soluciones de autoconsumo e, incluso, soluciones para convertir nuestro hogar en un hogar inteligente: placas fotovoltaicas, climatización inteligente, bombillas autorregulables, ventilación mecánica…
Al final, se trata de tomar pequeñas decisiones que ayuden a reducir el consumo energético, no solo por darle un descanso a nuestro bolsillo sino que también por la salud del planeta.