Inicio / Calidad del aire - Salubridad / El certificado WELL: ¿qué es y qué evalúa?
Como usuarios, cada vez primamos más la salud y el confort dentro de nuestros hogares o de nuestros lugares de trabajo. Es en estas dos características en las que se centra el certificado WELL, y las evalúa a través de un sistema de puntuación del rendimiento de los edificios y comunidades. Es decir, se podría aplicar para analizar un edificio completo de pisos, unas oficinas, una escuela…
Si bien es cierto que existen otras certificaciones que evalúan la salud y el confort, el certificado WELL es el primero que se centra exclusivamente en ellas.
El funcionamiento de puntuación de este sistema es dinámico. Además, permite establecer, cuantificar y monitorizar una serie de características de dichos espacios que afectan directamente a la salud y al bienestar de sus usuarios.
Como acabamos de decir, el certificado WELL estudia una serie de elementos que impactan directamente sobre la salud y el confort de las personas. Estos diez indicadores son:
El objetivo de la medición del aire es garantizar una buena calidad en el interior del edificio. Para ello, se miden diversos parámetros, como son:
Al igual que sucede con el aire, el objetivo de la medición del agua es garantizar su alta calidad dentro del edificio. Para ello, se mide:
Este punto se centra en determinar hasta qué punto el responsable del edificio promueve hábitos alimentarios saludables dentro del mismo. Para determinarlo, se mide:
Aquí se analiza el diseño de los sistemas de iluminación natural y artificial para comprobar que mejoren el confort, la lucidez y la calidad del sueño nocturno. Para hacerlo, se evalúa:
Con este parámetro se intenta establecer si, en el edificio, se fomenta la actividad física, la vida activa y se desalienta el comportamiento sedentario. Tienen en cuenta:
En este punto, se mide que la temperatura sea la adecuada para alcanzar un buen confort térmico. Se hace a través de la monitorización de:
Cuando se mide el sonido en el certificado WELL, se hace con la idea de garantizar que exista un confort adecuado en base a sus niveles. Para ello, se monitoriza:
Aquí se mide la exposición de las personas a los componentes contaminantes de los materiales del entorno. Para hacerlo, se evalúa:
En este punto se evalúa si el diseño, la tecnología y el tratamiento de los mismos apoyan a la salud mental y cognitiva de los usuarios. Se hace a través de:
En este concepto se intenta garantizar que la comunidad sea inclusiva a través de la justicia social, el compromiso cívico y el diseño accesible. Aquí se mide:
Para obtener la certificación WELL, lo primero que hay que hacer es conseguir una scorecard personalizada. Para ello, hay que introducir una serie de datos generales, así como la ubicación y el uso que tendrá el proyecto.
En dicha scorecard, se nos adjudicarán unos puntos en base a dichos parámetros. Como máximo, podremos obtener 110 puntos: 100 puntos de optimizaciones y 10 de innovación.
Una vez obtenida la tarjeta de puntuación, habrá que realizar el registro en WELL online. Aquí, se nos asignará un profesional del IWBI (International WELL Building Institute) que nos asesorará y resolverá todas las dudas.
Después, trabajaremos con un WELL AP (WELL Accredited Professional) para definir el objetivo de la certificación y para implantar las medidas necesarias.
Una vez el proyecto esté terminado, se procederá al envío de la documentación necesaria.
Aquí se realizará una inspección visual y los tests in situ por parte del PTA (Performance Testing Agent).
Una vez terminada la verificación de la documentación, el IWBI enviará el WELL Report con las conclusiones y la puntuación final.
Una vez hechos todos los pasos, y estando todo conforme, se obtendrá el certificado, junto con una placa y otra documentación.