Inicio / Calidad del aire - Salubridad / Síndrome del edificio enfermo: ¿qué es y cómo te afecta?
En las grandes ciudades vivimos rodeados de edificios de oficinas, altos, herméticos y, en muchos casos, que provocan enfermedades y molestias en los trabajadores y usuarios. No somos conscientes, pero los sistemas de ventilación o los materiales de la edificación nos pueden afectar, sobre todo, si pasamos muchas horas al día en un edificio con una calidad del aire deficiente.
En muchas ocasiones, no solo nos influyen aspectos más visibles como la iluminación del espacio o la falta de ergonomía de los muebles, también nos afectan aspectos como la calidad del aire o las condiciones ambientales del edificio. Por ese motivo, se habla del síndrome del edificio enfermo. En este artículo te contamos qué es, cuáles son sus síntomas más frecuentes y qué medidas se pueden tomar para prevenirlo.
Se puede definir el síndrome del edificio enfermo como un conjunto de síntomas que experimentan los ocupantes de un edificio y que están relacionados con el tiempo que pasan en él y con las características de la edificación.
Los síntomas suelen mejorar o desaparecer cuando la persona se aleja del edificio, lo que indica que el entorno tiene una influencia importante.
Solemos pensar que el síndrome se produce en edificios de oficinas, pero puede darse también en viviendas, hospitales, centros educativos o cualquier lugar cerrado con ventilación insuficiente o contaminantes en el aire que se respira en el interior.
Las causas son múltiples y, en algunos casos, puede haber varias. Entre las más habituales se encuentran las siguientes:
Todas estas causas se pueden agravar debido a un mantenimiento insuficiente del edificio.
Los síntomas que suelen tener las personas y que se asocian al síndrome del edificio enfermo pueden variar, pero, en general, los más habituales son los siguientes:
Como decíamos, si los síntomas mejoran cuando la persona sale del edificio y empeoran cuando pasa tiempo dentro, podremos identificar si esos síntomas se relacionan con dicho edificio.
Las alergias y los problemas respiratorios son algunos de los síntomas que avisan de que puedes estar en un edificio enfermo
Prevenir el síndrome del edificio enfermo implica actuar sobre varios aspectos para mejorar la calidad del aire, el confort ambiental y, por supuesto, la salud de las personas:
La renovación de aire es fundamental para la salud. Puede lograrse mediante sistemas de ventilación mecánica controlada (VMC) que aseguren un flujo constante de aire limpio y filtrado y reduzcan la concentración de contaminantes. En el caso del sistema de doble flujo con recuperación de calor de Orkli, además, se logra una eficiencia energética de hasta un 95 %.
Mantener la humedad relativa entre el 40 % y el 60 % ayuda a prevenir la proliferación de moho y ácaros. Para ello es fundamental tanto la ventilación como la impermeabilización de la envolvente del edificio.
Elegir pinturas, barnices y muebles con bajas emisiones de COV reduce la liberación de compuestos nocivos en el aire interior del edificio. Es aconsejable leer las etiquetas para verificar los componentes.
Es necesario revisar y limpiar de forma periódica los filtros de aire, los conductos de climatización y todos los sistemas que puedan convertirse en fuentes de contaminación.
En definitiva, un edificio saludable protege tu bienestar, mejora tu calidad de vida y, si es un espacio de trabajo, también impulsa la productividad. Cuidar el aire interior es cuidar de las personas que lo respiran.