Uno de los cinco principios básicos del estándar passivhaus se basa en el aislamiento térmico completo. Conseguirlo garantiza que la demanda energética de nuestro hogar se reducirá notablemente (hasta en un 60% frente a construcciones tradicionales).
Además, será más sencillo alcanzar una temperatura óptima para lograr el confort de los usuarios (en este artículo, os hablamos un poco más de ello).
El estudio previo antes de elegir un material aislante
Antes de decantarse por un material, será necesario realizar un estudio bioclimático. Es decir, entender cómo es el lugar en el que estará situada la construcción teniendo en cuenta su ubicación, su climatología y su emplazamiento.
Tras esto, un profesional llevará a cabo un diseño bioclimático. Este permitirá que se construya la casa estableciendo una relación entre la energía que se necesita en cada espacio de la misma y la finalidad a la que estará destinado dicho espacio.
Cómo es lógico, los espacios en los que vayamos a pasar más tiempo (normalmente, comedor/salón y dormitorios) deben estar mejor iluminados y mejor aislados. En ellos, el confort debe ser el máximo posible.
Elige el espesor que más te convenga
Para que una construcción pueda obtener el certificado passivhaus, un requisito indispensable es que tenga una demanda máxima de 15 kWh/m2 año tanto en calefacción como en refrigeración.
Dependiendo de la climatología de la zona en la que vaya a estar la vivienda, se necesitará hacer uso de un material aislante de un espesor u otro. En términos medios, se suelen usar los siguientes espesores:
- Cubiertas – entre 20 y 30 cm.
- Suelos y fachadas – alrededor de 20 cm.
La conductividad también es importante
No solo hay que tener en cuenta el espesor del material, sino también su capacidad para aislar. Esto se mide con la conductividad térmica (λ), que mide cómo de sencillo es el paso de calor a través de ellos. Por tanto, a mayor conductividad, menor aislamiento.
Entre los materiales que menos conductividad tienen están el plástico, la madera, los productos de fibra de vidrio o los de PVC reciclado.
No olvides la sostenibilidad
Aunque el estándar passivhaus no tiene en cuenta la procedencia de los materiales aislantes, es importante de cara al medio ambiente que, como usuarios, nosotros sí lo consideremos.
Los aislantes ecológicos y de origen natural son biodegradables y se requiere poca energía para hacerlos. Entre los más usados, están el corcho, la paja, la fibra de madera, la celulosa y la lana.
Sin embargo, por su precio más reducido, hay otro tipo de materiales tradicionales que se siguen empleando pero que son menos ecológicos, pues han sufrido un proceso industrial de transformación más complicado. Entre ellos, destacan el poliestireno expandido, el poliestireno extruido, la espuma de poliuretano, la lana de roca y la fibra de vidrio.
Otros factores a tener en cuenta a la hora de elegir el material aislante
Existen otros factores que debemos tener en cuenta cuando vayamos a elegir el material aislante para nuestra construcción.
- Su durabilidad.
- Su resistencia mecánica, que es la tolerancia a los esfuerzos que tiene el material.
- Su permeabilidad, que expresa la cantidad de fluido que puede traspasar el material.
- Su absorción de agua, que es la cantidad de agua que puede absorber el material.
Como podéis ver, elegir un buen material aislante para una vivienda passivhaus es un proceso que requiere de un estudio previo y de una reflexión adecuada sobre las necesidades de sus usuarios.